Red Encuentro participa desde los inicios de la Plataforma Argentina de Monitoreo Para la Agenda 2030 (PAMPA 2030), en la que confluyen los distintos actores de la Sociedad Argentina.

El objetivo de la Plataforma es impulsar el diálogo entre los actores relevantes del país para contribuir en el proceso de elaboración del Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible en Argentina. Dicho diálogo desempeña un papel esencial en el análisis de los desafíos y oportunidades en temas relacionados a la dimensión social, económica, ambiental, desarrollo institucional, de derechos humanos e igualdad de género.

Asimismo, uno de los focos que tendrá el Marco de Cooperación, es el empoderamiento de las personas, organizaciones y grupos, que es uno de los elementos fundamentales del enfoque basado en los derechos humanos orientados a eliminar la marginación y la discriminación.

La Sociedad Civil Argentina tiene características particulares: su vocación asociativa, sus opciones por la solidaridad, el fuerte peso de organizaciones complejas y heterogéneas vinculadas al mundo del trabajo, al sindicalismo, a las organizaciones religiosas, a los movimientos populares en la organización comunitaria, y también a las llamadas ONG’s, hacen que Pampa 2030 sea un espacio estratégico para pensar ese punto de intersección entre los objetivos oficiales y globales, que están expresados en los Objetivos de Desarrollo Sustentable, con las expectativas, proyectos y propuestas de transformación emancipatorias, y también con los discursos políticos y sociales de transformación que se plantean, tanto desde los espacios sociopolíticos como desde los movimientos sociales y desde la sociedad en general.

Para Red Encuentro, el desafío reside en cómo trabajar en incidencia, en un ámbito que realmente convoca a un espectro muy amplio, muy heterogéneo e incluso asimétrico, de organizaciones y espacios, pero que en torno a estos objetivos pueden encontrar un lenguaje común para organizar, articular y ordenar sus expectativas en cuanto a la permeabilidad, la articulación y la incidencia, e incluso el monitoreo y el control a los Estados, y generar así un lenguaje común, una matriz compartida, desde la cual interpretar por lo menos una parte de los logros y las metas concretas que se pueden esperar, proponer o exigir.