En el marco del proyecto que Red Encuentro lleva adelante en conjunto con la red paraguaya Pojoajú, y con el apoyo de Forus, el viernes 23 de septiembre se desarrolló el Encuentro Regional «Espacio cívico, situación y desafíos para el entorno favorable de las organizaciones de la sociedad civil».

El encuentro tuvo como expositores principales a Emiliano Aguirre, de Fundación Comunidad, miembro de Red Encuentro, Argentina; y a Raúl Monte Domecq, miembro de la Coordinación Ejecutiva de Pojoajú, Paraguay.

Además, contó con las intervenciones de compañeros de organizaciones de Uruguay, Brasil, Bolivia, El Salvador, que compartieron detalles sobre la realidad del espacio cívico y el entorno en el que se desenvuelven las organizaciones de la sociedad civil en los distintos países.

Cerca de 40 representantes de diversas organizaciones de Latinoamérica participaron del encuentro, cuya apertura estuvo a cargo del presidente de Red Encuentro, Rolando Kandel, quien destacó la importancia de la integración regional y de darnos espacios de diálogo para construir en conjunto, tomando en cuenta las complejidades que se presentan en cada país.

A su turno, Mónica Centrón, coordinadora de Pojoajú, dio la bienvenida a los presentes, e hizo hincapié en la importancia de tener una mirada más amplia, con aporte de compañeros y compañeras de otros países, y en la generación de estrategias y alianzas para impulsar el compromiso con el cambio.

Durante las exposiciones se vio reflejada la situación de cada país, con las dificultades ligadas al poder de los sectores político y financiero, la preocupación por la falta de libertades, la persecución hacia las organizaciones de la sociedad civil, y la falta de beneficios, lo que conlleva a una reducción del espacio cívico.

En el caso de la Argentina, se cuestionó qué es verdaderamente el sector social, a qué intereses responde y cuáles son las luchas que lleva adelante. En Paraguay, se evidenció una realidad de desigualdades y problemas estructurales vinculados a violaciones en el código del trabajo, la asfixia que viven las organizaciones con la cuestión tributaria, y la persecución a indígenas y campesinos.

En el caso de Bolivia, hay una gran preocupación en cuanto a la vulneración de las libertades, estigmatización y censura. La libertad de prensa es crítica, con agresión a periodistas. Además, hay organizaciones paralelas cuya función es deslegitimar las que ya existen.

En Brasil, la situación es muy compleja desde que comenzó el gobierno de Bolsonaro, con un proyecto para impedir a las OSC captar recursos del exterior y realizar su actividad sin consenso del gobierno. También existen hoy 27 proyectos para alterar la ley antiterrorista, para que movimientos sociales y ONG’s sean consideradas terroristas. La esperanza está puesta en el cambio de gobierno.

En El Salvador, existe una persecución que tiene como blanco a las organizaciones, y muchas están desapareciendo o a punto de desaparecer, porque intentaron, al igual que en Brasil, una ley en contra del financiamiento externo.

Luego de las exposiciones se abrió un momento de debate, reflexión y preguntas. Una de las conclusiones más salientes tuvo que ver con la importancia de reunirse, dialogar, intercambiar realidades e información, y consolidarse de forma regional, ante una realidad que tiene mucho de ahogamiento político y persecución, generando mucho miedo en la sociedad civil, con un aumento de efectivos de las fuerzas armadas y de acciones militares, que provocan el achicamiento y consecuente cierre de los espacios.

También se planteó como positiva la posibilidad de hacer un análisis histórico-político de lo que está sucediendo en la región, donde existen muchas coincidencias entre los diferentes países.

Los participantes consideraron necesario el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil, con lucha y con política para obtener las respuestas que los gobiernos a veces no dan.