Muchas personas en el sector del desarrollo internacional reconocen la necesidad de una reforma transformadora del actual sistema de ayuda y desarrollo. Esta reforma pretende cambiar la dinámica de poder y alejarse de las realidades pasadas y actuales en las que los actores del Norte Global son los «responsables de la toma de decisiones» y los actores del Sur Global son solamente «receptores». Esta transformación es fundamental para las
personas y los lugares más afectados por la crisis y la pobreza.
El fortalecimiento de capacidades de la sociedad civil desempeña un papel esencial en este proceso. Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) son actores clave en la promoción de un desarrollo equitativo y sostenible en todo el mundo. Contribuyen a los procesos democráticos por medio de la defensa y promoción de los derechos humanos a múltiples niveles: local, nacional, regional y mundial.
Para configurar eficazmente las políticas e iniciativas, el aprendizaje continuo y el intercambio de capacidades son vitales para las OSC. El fortalecimiento de las capacidades de las OSC también mejora su habilidad para colaborar entre ellas, crear iniciativas conjuntas con diferentes partes
interesadas, adquirir visibilidad y tener un mayor impacto en los procesos de desarrollo y democracia.