Cerca de 100 participantes asistieron desde sus hogares, en distintos puntos del país, al conversatorio “Agenda legislativa: Niñez y comunidad”, que se llevó a cabo el viernes 24 de julio convocado por la Red Encuentro de Entidades no Gubernamentales para el Desarrollo y la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación.

Con la presencia de las diputadas nacionales Claudia Bernazza y María Rosa Martínez, la doctora Laura Taffetani, de la Comisión de Área Legal y Fiscal de Sociedad Civil en Red, y Rolando Kandel, de Red Encuentro de Entidades no Gubernamentales para el Desarrollo, el viernes 24 de julio se llevó a cabo el conversatorio “Agenda legislativa: Niñez y comunidad”.

La actividad convocó a cerca de 100 participantes de distintas provincias, en su mayoría miembros de organizaciones de la sociedad civil, y estuvo moderada por Alberto Croce, secretario nacional de Campaña Argentina para el Derecho a la Educación (CADE).

El conversatorio tuvo por objetivo dialogar sobre las diferentes iniciativas que forman parte de la agenda de las organizaciones comunitarias, y que buscan la visibilización y el reconocimiento en materia legislativa, de la tarea que realizan y que cobra especial relevancia en este tiempo de pandemia y crisis.

El espíritu de los proyectos de ley que se están presentando, anticipó Rolando Kandel al inicio del encuentro, está especialmente ligado a dos expresiones: “La ternura será ley” y “El amor como acto político”.

Kandel destacó que Red Encuentro se compone de cerca de 30 organizaciones de varias provincias, que trabajan desde la perspectiva de derechos con diferentes temáticas, pero “siempre apostando a la construcción y fortalecimiento de políticas públicas, y sobre todo apostando a la construcción de redes locales”. En ese sentido, reconoció que “las problemáticas son muy complejas y están interrelacionadas”, y que en la actualidad hay pendientes, cuestiones a mejorar, sobre todo en lo formal, en lo legislativo.

En el contexto actual, señaló, “uno de los factores que hacen que la cuarentena se pueda sostener son las organizaciones sociales” y expresó: “Nos llenan de entusiasmo los proyectos e iniciativas, y los tenemos que apoyar, lo que nos invita a militar esta agenda legislativa. Pero para eso hay que conocerla, meternos en los espacios, hacerla propia, explicarla, sumar y ser parte entre todos. Para apoyar a que se aprueben y, luego de que se aprueben, que se implementen”, animó.

Reconocer “el oficio de la ternura y el abrazo”
A su turno, Claudia Bernazza señaló que “esta verdadera tragedia planetaria ha develado no sólo una Argentina profundamente desigual, donde así no podemos seguir viviendo, sino que además ha develado el rol que venían cumpliendo en forma invisible y desconocida para el conjunto de los medios de comunicación, las organizaciones comunitarias, que están garantizando el plato diario de comida, con el oficio de la ternura y el abrazo en los barrios”.

“Esta agenda niñez y comunidad rescata y reconoce los antecedentes que tienen que ver con el recorrido del movimiento ‘Los chicos del pueblo’, redes, interredes, toda la militancia, y reconoce nuestros pasos en los últimos años en términos de legislación, agenda legislativa y los regímenes que necesitamos para los trabajadores”, explicó la diputada.

En cuanto a los tres proyectos que están actualmente en agenda, detalló que el primero de ellos tiene que ver con el reconocimiento de las respuestas comunitarias en niñez y adolescencia como respuesta preferente. Esto es, “tratar de generar un principio general, es la batalla por un enfoque desde las respuestas comunitarias. Volver a pensar que la comunidad, en la mayoría de los casos, da respuestas amorosas. La ternura es una categoría política capaz de actuar en la construcción de una Argentina con justicia social”, aseguró.

Respecto al segundo proyecto, puntualizó, “reconoce que el Estado, así como está, le está haciendo muy difícil la vida a las organizaciones comunitarias: impuestos, trabas burocráticas, sospechas por parte de los inspectores laborales. Creemos necesaria la creación de un instituto de organizaciones comunitarias que las reconozca como un bien, que las custodie, las proteja, las oriente”, sostuvo.

“El tercer proyecto de ley refiere a la necesidad de contar con un régimen especial para trabajadores comunitarios que prevea la naturaleza propia de este trabajo y que le diga al Estado que ese trabajo es absolutamente irregular, no porque estén en negro sino porque el Estado está en falta. Porque siempre el Estado pensó en una ‘dama de la caridad’, y esto es trabajo. Preferimos hablar de régimen y no de estatuto”, aclaró.

“Nosotros tenemos un tiempo parlamentario y una oportunidad política. En los tres casos son proyectos para debatir: lo que necesitamos es instalarlo, necesitamos que las comisiones los traten. Lo que no podemos permitir es que se nos caiga el año parlamentario”, advirtió.

“Escuchar las voces de los trabajadores y trabajadoras”
La diputada María Rosa Martínez, por su parte, reconoció que “en esta instancia la pandemia ha puesto nuevamente en debate el modelo económico, político, social y también el modelo de organización laboral, de trabajo no remunerado”.

Al hablar de una “trilogía”, explicó: “No se puede pensar en una sola de las patas, sino que hay que pensar en qué niñez queremos, qué juventud queremos, poner al niño y al joven en el centro de la escena y cómo alrededor de él nos organizamos, y de qué modo esta institucionalidad que se crea desde lo comunitario tiene otra pata en los derechos de quienes cuidamos”. En ese sentido, consideró que “si peleamos por los derechos de los niños necesariamente tenemos que pelear por los derechos de aquellos que trabajan con los niños”.

En cuanto al sentido que tienen los proyectos de ley, aseguró que “hay un desafío, que es escuchar las voces de los participantes, los y las trabajadoras”, y desde ahí “ver qué se puede agregar o quitar”.

“Los papeles que se debaten o que se sacan del poder legislativo tienen un valor enorme en la medida que generan ampliación de derechos”, recordó.

“Trabajar tres leyes en simultáneo sobre derechos de los niños, de la familia, de la comunidad a organizarse, y que esa organización este amparada por las leyes, que el Estado empiece a reconocer que hay personas que llevan adelante estos proyectos y que no utilice el criterio de dejar para lo ultimo los recursos humanos”. En esa línea, advirtió que no podemos dejar que quienes cuidan de la primera infancia “sean los más precarizados de nuestro sistema laboral” y animó a “debatir en profundidad las leyes, la oportunidad y el contenido”.

“Los proyectos se construyen con historias de hombres y mujeres que pelean”
La doctora Laura Taffetani explicó a su turno el proceso de elaboración del estatuto para trabajadores socio-comunitarios. Ante las condiciones que desde hace años padecen las organizaciones en materia laboral, consideró que “hay dos formas de ver las cosas: o nos acomodamos a lo que está o nos transformamos”. “Todos los proyectos se construyen con historias de hombres y mujeres que pelean”, destacó.

Al debatir el tema, detalló, “enfocamos a un tipo de organización, con los trabajadores que estaban en organizaciones con mayor estructura, con 8, 12 o 24 horas de trabajo. No es lo mismo quien dedica su vida y le impide tener otro trabajo”, consideró, y lamentó: “Hemos perdido recursos muy valiosos por la disyuntiva de tener que vivir de algo, que los ha llevado a dejar las organizaciones”. Para ese tipo de personas fue pensado este estatuto en un primer encuadre.

La primera propuesta, recordó, “fue la del colegio de abogados de Ciudad de Buenos Aires, que fue el régimen simplificado, una adaptación del régimen de trabajadores de casas particulares al de trabajadores comunitarios, que resolvió el problema de los empleadores pero no nos dio dignidad”, admitió.

“Queremos que nos reconozcan como cualquier trabajador en la legislación laboral, con los mismos privilegios”, afirmó Taffetani. “Ahí surgió la idea de armar nuestro propio proyecto y construimos el estatuto del trabajador y trabajadora socio-comunitaria, fue muy rico el proceso, lo hicimos con otras organizaciones, en ese proceso tan bello de construir una red con sus propios actores”, relató.

Lo que define a los trabajadores comunitarios, aseguró, es “nuestro fin y nuestros objetivos, una opción de vida, un horizonte a seguir”. En ese sentido se armó el estatuto. “Es la primera vez que nuestra figura forma parte del derecho laboral reconociéndonos como trabajadores. Lo que no podemos permitir es que nos terminen regulando y nos den una jubilación de cuarta”, advirtió.

“El paso más grande en este tiempo fue que se puso sobre la mesa, que antes no estaba, ahora el paso es que gocemos de los derechos que nos corresponden”, sostuvo. “Con ternura venceremos”, es una lucha de mucho tiempo el que nos reconozcan con los mismos derechos que tiene cualquier trabajador.

Ante la inquietud de las diferentes organizaciones presentes en el conversatorio sobre cómo apoyar, impulsar y militar estos proyectos, Laura consideró importante “que vean que atrás, adelante o alrededor de esa agenda hay un conjunto de personas comprometidas que llevan el tema, que lo hacen bandera, que lo militan” para que estos proyectos no duerman, porque lo importante es hablarlos.

La fortaleza que tiene el proyecto, destacó la doctora Taffetani, es “declarar de interés general el régimen comunitario y que el Estado sostenga este régimen, porque el trabajo de las asociaciones comunitarias hace posibles las políticas públicas”.

“En ese plan actúan en una comisión tripartita el Estado, las organizaciones comunitarias y los trabajadores comunitarios. En el espíritu no hay contradicción con todo lo que conté como antecedente. Todos buscan poner en valor el trabajo comunitario, en el marco legislativo de un estado capitalista”, aclaró Bernazza.

Luego de un tiempo para el debate a partir de preguntas, Rolando Kandel concluyó el encuentro con una reflexión sobre “Discutir una perspectiva con amor, desde la comunidad”, para la construcción de un modelo de país, y destacó la relevancia de “reconocer nuestras prácticas y luchar por su reconocimiento para salir del neoliberalismo” y recordó: “Trabajamos por un país solidario de derechos, esa es nuestra especificidad”.